Un ático en Nueva York de cuatro pisos atravesado por un tobogán tubular de acero: estamos en la casa de lujo más excéntrica hasta la fecha, obra del arquitecto David Hotson.
Algunos proyectos arquitectónicos se inspiran en una época o en una obra de arte, por el contrario este inmueble de lujo de 650 metros cuadrados se inspira en las matemáticas.
El apartamento ocupa los últimos cuatro pisos de una torre de finales del siglo XIX en Manhattan, y no había sido utilizado anteriormente como residencia: David Hotson ha podido por tanto reformar el bloque entero para crear un salón a cuatro alturas, balcones interiores, puentes de vidrio y un tobogán de más de 12 metros que recorre sin ser interrumpido atravesando las paredes (se instaló antes de que fueran construidos los pisos).
El espacio se articula de un modo nada convencional, con paredes inclinadas y habitaciones escondidas: el ático sufrió una completa reforma del interior para aumentar la relación con el paisaje urbano vertical que le rodea.
El tobogán inicia en la parte superior del apartamento, una buhardilla cubierta de vidrio, para descender hasta el primer piso: la apertura circular es suficientemente grande para permitir a los residentes entrar en el y deslizarse hacia abajo. El tobogán está hecho de acero inoxidable que le da una superficie como de espejo.
No se sabe quien es el propietario de este inusual apartamento, pero sabemos que ha sido el quién ha inspirado al arquitecto. Para ayudar a Hotson con el proyecto, el cliente le envió su tesis sobre un algoritmo capaz de discernir la estructura subyacente en complejas secuencias de símbolos: una composición de Bach, un genoma humano, un soneto.
El arquitecto ha colaborado con el diseñador de interiores Ghislaine Viñas, que ha añadido los muebles y obras de arte en todo el apartamento. La decoración incluye también una especie de nido con decoración floral al que se accede através de un puente, y una luminosa sala verde para el desayuno con una lámpara esférica. Las columnas de acero del edificio atraviesan algunos de los espacios, mientras que otros cuentan con ventanas en forma de arco que se alinean con las fachadas originales del edificio.
Sobre la cima de una antigua torre con vistas al espectacular paisaje urbano de la Gran Manzana, el arquitecto ha sabido crear una casa surrealista contemporánea en el cielo.