Se ha tomado una decisión histórica en cuanto a los inmuebles de lujo en España lanzando el primer “visado de oro”, un permiso de residencia permanente para incentivar las inversiones extranjeras en ladrillo en la península ibérica.
La primera en beneficiarse ha sido una mujer china, alto cargo corporativo, quien, según la revista Pie, ha comprado dos inmuebles en tierra española, uno en Madrid y otro a Barcelona. Para poder obtener el “visado oro” se necesita invertir un mínimo de 500.000 euros. Al parecer, esta joven china ha gastado 526.000.
La decisión de conceder la residencia permanente por estas inversiones inmobiliarias es una forma de atraer al mayor número posible de inversores extranjeros, buscando dar un poco de aire al mercado inmobiliario español que, a causa de la crisis, está atravesando un largo periodo de casi total inmovilidad.
Según los últimos estudios estadísticos, la demanda ha caído un 23% con respecto al año anterior. Visto lo problemático de la situación, abrirse a los inversores extranjeros puede ser una solución óptima mientras se espera a que también los mismos españoles puedan volver a invertir en el sector inmobiliario de su país.
Una encuesta llevada a cabo entre los inversores que podrían estar interesados en colocar su capital en tierra española ha demostrado que, sobre todo en lo que concierne a los chinos, éstos están interesados fundamentalmente en propiedades nuevas situadas en ciudades o cerca de ellas. El problema, como es de suponer, es que España es un país muy afectado por la crisis que, de hecho, ha bloqueado la construcción de nuevos complejos residenciales y que, por tanto, no puede garantizar una respuesta adecuada a la demanda.
España no es el único país que utiliza el sistema del “visado de oro”: también lo usan Grecia, Letonia (donde la inversión rusa ha sido muy importante), Malta (que ha fijado el gasto mínimo para obtenerlo en 275.000 euros), Chipre, Portugal e Irlanda.