En 2012 tenía un valor estimado en torno a los 17 millones de dólares, pero ya pocos meses después bajó hasta los 11 millones. Sorprende, entonces, que no haya aún potenciales compradores en el horizonte, a pesar de que han pasado más de dos años desde que la casa de la serie televisiva American Horror Story fue puesta en venta. Esto ha obligado a los propietarios de la villa, que en el pasado perteneció al arquitecto Alfred Rosenheim, a bajar aún más el precio de esta increíble casa de lujo en Los Ángeles.
En estos momentos los propietarios quedarían satisfechos incluso si recibieran por la casa solo 5 millones… si es que hubiera alguien dispuesto a cerrar el trato, a pesar de que se trataría de pura calderilla para una casa de tal calibre. El hecho de que en la serie la casa estuviera embrujada y habitada por varios espíritus, sin embargo, hace que sea dificilísimo poder venderla: por lo visto, los telespectadores americanos se han dejado influir por la trama hasta tal punto que nadie parece dispuesto a meter un pie en lo que ha sido el escenario de la serie.
La Alfred F. Rosenheim Mansion es una verdadera joya del diseño arquitectónico. Fue construida en el año 1908 y todavía conserva el encanto de las construcciones del siglo pasado. Cubierta por completo de ladrillos rosas, se encuentra en el centro de un aisladísimo jardín y está dispuesta en tres niveles. En el interior, cada único detalle desprende lujo y elegancia: desde las escaleras y su barandilla de madera oscura hasta las refinadísimas lámparas, desde el lúcido parqué hasta los muebles de época. Esto bastaría para justificar el elevado precio inicial, pero hay más. La casa es impresionante, sobre todo en cuanto a sus medidas, ya que la superficie interna asciende a 1.400 metros cuadrados. De inestimable valor son también las ventanas y los mosaicos de Tiffany, verdaderas y auténticas piezas únicas que hacen que la casa sea aún más exclusiva.
El set de American Horror Story incluye también pequeños lujos extra que vale la pena tener en cuenta: un espacioso sótano, una capilla privada habilitada como salón de baile, seis chimeneas antiguas, una hermosa terraza con increíbles vistas, un estudio de grabación e incluso una sala-museo con una rica colección de coches en miniatura.
