Durante varios años, Shirley MacLaine ha vivido en Nuevo México, lejos de todo y de todos. En un lujoso rancho en Santa Fe, la actriz había encontrado todo lo que buscaba: tranquilidad, silencio, naturaleza y paz interior. Era para ella una especie de refugio pero, ahora que la estrella de Hollywood ha cumplido 80 años, le han entrado ganas de volver a la ciudad. Después de tanta soledad, quiere una casa que esté cerca de cines, tiendas y restaurantes, y es por esto que ha decidido poner a la venta el rancho donde ha pasado gran parte de su vida. Se trata de una propiedad elegantísima, espaciosa y decorada de manera impecable, con rincones donde la actriz se dedicaba a sus ejercicios espirituales.
En la parte posterior de la casa, por ejemplo, en la cima de un montículo, hay un pequeño laberinto donde a Shirley le gustaba estar en los momentos de relajación o cuando tenía que tomar algunas decisiones importantes. Parece que el lugar le ha traído mucha suerte, tanta que algunos videntes le habían aconsejado explotar el potencial espiritual de su rancho vendiéndolo por 30 millones de dólares. La actriz, sin embargo, no quiere especular con su pequeño rincón del paraíso, y por ello se conformará con “solo” 18 millones.
El que pocos saben que se trata del rancho de Shirley MacLaine es completamente eco-sostenible. La estrella de películas como “La fuerza del cariño” ama y respeta a la naturaleza, por lo que la casa en la que ha vivido hasta ahora está dotada de implantes solares y eólicos que generan energía de forma totalmente autónoma. El hecho de que sea una vivienda ecológica, sin embargo, no quiere decir que no sea lujosísima. De hecho, el rancho presenta una finura increíble, dotado de muebles de diseño y de todas las comodidades. Rodeado de naturaleza, establos y lagos privados, se extiende sobre una superficie de 900 metros cuadrados. Además de la unidad principal, la propiedad incluye también una vivienda, originalmente destinada al guardián de la granja, que podría ser transformada en una casa para invitados.
La casa principal cuenta con seis baños, varios salones y nueve dormitorios, mientras que el edificio secundario incluye cuatro habitaciones, cocina y salón. Los ambientes son todos muy luminosos, gracias a sus grandes ventanas con vistas a los paisajes típicos de Nuevo México, así como por la elección cromática de colores vivos y de tonos pastel. Los diferentes ambientes, al igual que el exterior, han sido diseñados para ser relajantes y acogedores, conformando el refugio perfecto donde restaurar cuerpo y mente. Pero hay un lugar, en concreto, que da cuenta de lo intenso que era el deseo de espiritualidad de MacLaine: se trata de una especie de galería-invernadero, rica en plantas y flores, que dejará con la boca abierta a todos los que se acerquen a ver la casa.