Calvin Harris es el dj mejor pagado del mundo. Gana incluso más que algunos actores y estrellas del pop, tanto que puede permitirse comprar una megavilla de lujo por un valor de quince millones de dólares. La nueva propiedad, que enriquecerá su ya famosa “colección” de inmuebles, se encuentra en Beverly Hills, la ciudad más amada por los famosos de su calibre. La villa, de perfecto estilo californiano, es gigantesca. El dj escocés, a pesar de que todavía no ha construido una familia, no ha podido resistirse a la tentación de comprar una casa de 659 metros cuadrados. Esto significa que a partir de ahora tendrá a su disposición nada más y nada menos que diez dormitorios y once baños, además de otros cuatro dormitorios y cinco baños, más uno de servicio, de la casa de invitados.
A nivel arquitectónico, la villa californiana de lujo del dj recuerda a las casas coloniales de hace un tiempo, modestas pero características. Las fachadas están cubiertas con paneles blancos de madera, el techo es plano y las amplias ventanas victorianas permiten que los diferentes ambientes estén literalmente inundados de luz natural. El interior es otra historia, con materiales y acabados de lujo que justifican el elevado precio de la propiedad. La entrada da directamente a una maravillosa e iluminadísima zona de día, con un techo retro e imponentes columnas blancas. Espléndida es también la escalera de mármol, de color blanco y gris, que combina perfectamente con el suelo negro y con la gran chimenea.
Decorada de punta en blanco está, por otro lado, la hermosa cocina de estilo clásico, casi completamente blanca. También aquí abunda el mármol, que se utiliza tanto para el suelo como para otras superficies. La mesa del comedor se ha colocado estratégicamente frente a un gran ventanal que ofrece una vista maravillosa del Coldwater Canyon Park. Los espacios exteriores están tan cuidados como los internos, y ofrecen muchas posibilidades para relajarse o para divertirse. Hay dos piscinas y dos spas, perfecto para los momentos en que uno desea relajarse y rejuvenecer el cuerpo y la mente, así como varias terrazas y balcones donde organizar cenas a la luz de la luna con vistas a las miles de luces de la hermosa Beverly Hills.