Cuando se habrán terminado las obras, las Federation Towers serán frecuentadas por al menos 250.000 personas cada día. Estos imponentes edificios proyectados por los arquitectos rusos Tchoban y Schweger acogerán el International Business Center de Moscú, razón por la cual se convertirán en el cuartel general de numerosas grandes empresas, bancos, sociedades y compañías de fama mundial. La zona elegida para construirlas tiene una superficie de sesenta hectáreas, mientras que las torres tienen una altura de 243 y 360 metros, respectivamente. La torre principal, la Oeste, tendrá 93 plantas, mientras que la Este tendrá “solamente” 63. Ambos edificios estarán dotados de cuatro plantas de aparcamiento, indispensables dada la cantidad de empleados y visitantes que se prevee que llenarán a diario el IBC.
El proyecto de las Federation Towers, destinadas a convertirse en el símbolo de la City rusa, ha sido creado y aprobado en el 1992, pero las obras no se han iniciado hasta el 2003 y se concluirán en el 2015. En efecto, ha pasado mucho tiempo antes de que el Gobierno decidiese el lugar adecuado para construirlas y consiguiese los fondos necesarios, considerando que construir estos dos colosos ha costado al presidente Putin y a su equipo la belleza de 12 billones de dólares. Una cifra seguramente astronómica, pero la administración rusa ha estimado que el retorno económico será mayor que el gasto realizado para la construcción de los dos rascacielos. La elección del gigantesco terreno donde se emplazan las Federation Towers ha sido estratégica y para nada casual. Se encuentra a tan sólo cuatro quilómetros de la famosa Plaza Roja, en el barrio de Presnenskaya, una zona donde en el pasado existían solamente viejas granjas y fábricas abandonadas. Las torres se asoman sobre el río que atraviesa Moscú y se puede llegar a las mismas ya sea en coche que con los medios de transporte público, recorriendo la “Third Ring Road”, arteria principal de la ciudad.
A pesar de que el nombre de International Business Center haga pensar al mundo de los negocios, las Federation Towers abrirán también sus puertas a quien no forma parte del círculo de negocios ruso. Los dos edificios, según el proyecto, acogerán también varias tiendas, actividades recreativas, espacios destinados al entretenimiento y a la vida social. En fin, un proyecto grandioso que enriquecerá aún más el mercado de los inmuebles de lujo en Moscú.