En el norte de Italia, no muy lejos de bolzano, existen dos singulares construcciones: las Mirror Houses, es decir, las Casas Espejo. Proyectadas por el arqutiecto Peter Pichler, originaro de la zona, estas dos casas de lujo en Italia se integran perfectamente en el panorama de los Dolomitas Alto-Atesinos que las rodean, fundiéndose con el mismo sin desentonar. Se trata de casas para vacaciones cuya forma recuerda vagamente un libro semi abierto. El proyecto ha sido encargado al arquitecto por un cliente de la zona, el cual vive en una casa colonial de los años ’60 restaurada. Los exteriores de los edificios están completamente revestidos de cristales a espejo, que reflejan los manzanares que rodean las construcciones. El cielo y los elementos naturales del lugar se multiplican, reflejados en la superficie de las estructuras. Para evitar la colisión de los pájaros con las paredes se ha ideado un sistema de estratificación con revestimiento UV.
Las dos construcciones, similares pero no exactamente iguales, están posicionadas una al lado de la otra, con distintas alturas y longitudes, y los respectivos balcones, jardines y senderos de acceso está separados por un muro continuo. En los techos, así como en los baños, han sido diseñadas unas funcionales claraboyas, ideadas para aprovechar la luz natural y para la ventilación de los ambientes. Cada unidad dispone de una cocina con un salón, dormitorio con baño, una pequeña bodega y un aparcamiento. Privacidad e independencia están garantizadas. El volumen de la construcción de abre literalmente hacia el Este, con la gran fachada de cristal que se reduce uniéndose en líneas sinuosas con el edifico. Para aligerar todavía más el aspecto de las dos construcciones y sobre todo para permitir una panorámica más sugestiva de los alrededores, estas casas de vacaciones están ligeramente alzadas del suelo. El espacio que queda debajo de las mismas está destinado a aparcamiento y almacén para guardar artículos deportivos.
Reflejando el paisaje que las rodea, estas dos unidades son prácticamente invisibles en el entorno de la zona y no rompen la armonía y belleza del valle. El objetivo de crear un lugar donde se alcance una auténtica sensación de vivir en la naturaleza, manteniendo la total independencia de los huéspedes y del propietario, ha sido perfectamente alcanzado. Unas vacaciones entre los manzanares del Trentino, con sus majestuosas montañas llenas de árboles y en una vivienda de alto standing proyectada para disfrutar al máximo de la naturaleza que la rodea, significa verdaderamente sumergirse en una nueva dimensión regenerante.
