La abstracción, entendida ya sea como corriente artística que como forma de pensar, no ha conquistado única y exclusivamente el mundo de la pintura y de la escultura. Algunos de sus más ilustres representantes, entre ellos la gran Tomie Ohtake, han de hecho pensado de aplicar esta caprichosa visión del mundo incluso a la construcción y decoración de sus casas. Y al igual que ella, también su hija Ruy, arquitecto de talento, que en los años sesenta ha diseñado desde cero una fantástica mansión de estilo abstracto para su célebre madre. Hablamos de la construcción que en el mundo del design es más conocida como Casa Vogue Brasil, entre cuyas paredes la artista japonesa ha fallecido hace un mes a la edad de 101 años. Esta genial propiedad se encuentra en São Paulo, donde la familia Ohtake se mudó en el 1.936 y se quedaron allí para siempre.
Técnicamente no sería ni siquiera correcto llamarla casa, ya que este apartamento de lujo de 750 metros cuadrados es más bien un auténtico templo en el cual están custodiadas todas las obras de la artista que en Brasil es considerada como el principal exponente del abstractismo informal. Las estancias hacen justicia a las piedras angulares de la corriente que ella tanto amaba, con estrepitosos juegos de colores, muebles con formas extrañas y diversos elementos realizados con materiales reciclados. El salón, por ejemplo, es un amplio ambiente amueblado de forma esencial y caprichosa, con butacas sin acolchado y confortables chaise longue de diseño indudablemente minimalista. El suelo es de laminado, mientras que las vigas del techo son de cemento, en perfecto estilo industrial. Sorprenden, al fondo, las paredes coloradas que recuerdan la paleta cromática típica del abstractismo: el azul marino, el amarillo y el rojo, que se mezclan entre ellos creando un efecto realmente original y cautivador.
El minimalismo reina incluso en la cocina, donde la encimera está posicionada en el centro de la estancia y está coronada por un enorme extractor de acero de inspiración exquisitamente retró. La mesa está hecha del mismo material, mientras que las sillas encarnan perfectamente la esencia del abstractismo informal promovido por Tomie Ohtake. Vale la pena detenerse, finalmente, en el estudio-laboratorio de la artista, cuyo techo está adornado por un juego de anillos de metal y tapizado con grandes paneles de cristal que enmarcan el cielo de São Paulo.