Lloyd Blankfein es uno de los hombres más ricos y potentes del mundo. Siendo el Administrador Delegado de Goldman Sachs, importantísimo banco de negocios mundialmente conocido, posee un patrimonio practicamente incalculable, además de una serie de inmuebles de lujo en los Estados Unidos y en otros continentes. Uno de ellos se encuentra en los Hamptons, la localidad marítima más frecuentada por los vips y familias acomodadas de Nueva York, en el espléndido entorno de Sagaponack. El magnate la ha puesto en venta en el 2007, pero todavía no ha encontrado un comprador que esté dispuesto a desembolsar los 17 millones de dólares que hacen falta para comprarla. Nada mal, considerando que mientras tanto, Blankfein está disfrutando de su nueva villa en Bridgehampton, la cual le ha costado nada más y nada menos que 32,5 millones de dólares.
A pesar de que en ocho años ningún comprador haya dado señales de interés, el Administrador de Goldman Sachs no parece tener intención de bajar el precio. Siendo consciente del elevado valor de esta extraordinaria propiedad, prefiere esperar con paciencia la llegada de un comprador dispuesto a pagar la cantidad justa por su encantadora residencia situada a pocos pasos del océano. Sería además un pecado, ya que esta propiedad es realmente una rara perla. Se encuentra inmersa en la naturaleza y en la tranquilidad y posee ni más ni menos que 600 metros cuadrados de espacio. Naturalmente el elevado precio solicitado por el magnate estadounidense se justifica también por el terreno de 40 acres que rodea la residencia. Se trata en realidad de un auténtico parque privado, dotado de una pista de tenis, varias zonas relax a la sombra y una piscina de agua caliente de grandes dimensiones.
Por lo que respecta a la casa, es tan grande que comprende varios salones, una cocina completamente equipada con comedor adyacente y siete dormitorios, todos ellos dotados de baño privado. El estilo de la decoración, como es normal en una residencia de estas características, es super lujoso y rebuscado. Cada singular detalle denota lujo y elegancia, tanto en el interior como externamente. Los muebles son modernos y de óptima calidad, tan contemporáneos que podria decirse que chocan con el aspecto exterior de la villa, que recuerda un poco a las casas de época colonial. Un contraste decididamente interesante, por lo tanto, que antes o después, robará el corazón de un buen entendedor!