Al igual que Francia se ha distinguido históricamente por marcar tendencias y tendencias internacionales en arte y moda, también ha sido innovadora en arquitectura y diseño. Estas cuatro casas son una muestra de ello, y también demuestran por qué los inmuebles de lujo de las distintas regiones francesas tienen cada una su propia reputación de elegancia y excelencia.
La prominencia de París
Desde el regio legado del Antiguo Régimen hasta las siempre reconocibles fachadas de la gran renovación de Haussmann, la Ciudad de la Luz tiene un legado estético que se remonta siglos atrás. La protección de este patrimonio es una de las prioridades del sector inmobiliario parisino, razón por la cual la reurbanización es relativamente rara, y la oferta de apartamentos históricos nunca igualará a la demanda. Los compradores internacionales saben que son buenas inversiones, pero aún mejor, que son casas espectaculares.
Eche un vistazo a esta céntrica residencia, cuyo opulento diseño rinde homenaje al histórico pasado de París. El salón es puro Luis XV, mientras que la doble recepción y el comedor evocan a Napoleón III, el último monarca de Francia antes de que la nación se convirtiera en república, y el hombre que encargó la famosa «Haussmannización» de la ciudad. Los techos artesonados y las molduras doradas son un auténtico espectáculo.
El prestigio de la Provenza
Côte d’Azur Sotheby’s International Realty
Por supuesto, París no es la única zona agraciada con boutiques ostentosas y propiedades glamurosas. La región de Provenza es igualmente venerada por ellas, y el principado semiautónomo de Mónaco presume de tener algunos de los inmuebles más caros y algunas de las mejores tiendas del planeta. Aunque hay muchas variedades de villas de lujo provenzales -desde villas rústicas con épicos viñedos hasta casas en la campiña francesa entre campos de lavanda-, pocas pueden compararse con las auténticas fincas de la Belle Époque que se asoman a la costa entre Mónaco y Niza.
Esta ilustre propiedad es un excelente ejemplo. Con Mónaco a menos de 800 metros y la célebre playa de Montecarlo, el Club de Tenis de Montecarlo y la Escuela Internacional de Montecarlo a poca distancia a pie, su ubicación es realmente de primer nivel, pero parece que ocupa un mundo propio. Enclavada en una cuna de pinos maduros y situada en un acantilado junto al mar con orientación sur sin obstáculos, esta mansión es un paraíso en sí misma. Además, tiene el potencial de revalorizarse significativamente debido a la amplitud de su parcela y a su ubicación en una zona urbanística aprobada.
El estatuto de Saint-Tropez
Côte d’Azur Sotheby’s International Realty
La región de Provenza es contigua a la Costa Azul -la Riviera Francesa-, que desde hace mucho tiempo es el patio de recreo de los más adinerados. Ciudades como Cannes están tan repletas de estrellas como una noche despejada, sobre todo cuando llega la hora de su aclamado festival de cine. Pero en este rincón de Francia, el refugio por excelencia de los famosos no es otro que las resplandecientes aguas de Saint-Tropez.
El acceso privado a la playa en este tramo específico del Mediterráneo es un premio sin medida, que es lo que hace de esta escapada en la ladera de una colina una joya rara en Saint-Tropez de bienes raíces. Sus instalaciones son incomparables: un hammam spa ha sido excavado en la roca circundante, mientras que la piscina es una cuenca natural completa con una cascada relajante. Si a esto le añadimos el gimnasio y las salas de masajes, el bienestar holístico alcanza nuevas cotas.
El caché de Courchevel
Se suele decir que Courchevel es el Saint-Tropez de los deportes de invierno. Es cierto que los Juegos Olímpicos de 1924 en Chamonix pusieron a los Alpes franceses en el mapa hace un siglo, pero hoy Courchevel es el destino de esquí preferido de la jet set, literalmente, ya que el aeropuerto de Chambéry recibe aviones privados. Ninguna estación de esquí alberga tantos restaurantes con estrellas Michelin como Courchevel y, como parte de Les Trois Vallées, se abre al mayor dominio esquiable interconectado del planeta.
En un entorno así, ¿qué podría ser más ideal que un chalet como esta obra maestra en la cima de una montaña? A pesar de su diseño clásico, se trata de una construcción nueva que ejemplifica a la perfección el compromiso con la sostenibilidad que ha llegado a caracterizar al sector inmobiliario de lujo francés contemporáneo. Como tal, es un alojamiento ecológico por excelencia y, con sus ocho habitaciones, podría alcanzar precios de alquiler muy elevados.
Desde sus cumbres alpinas hasta sus soleadas costas, las casas de lujo de Francia ofrecen proximidad a paisajes, mares y ciudades que se cuentan entre los más majestuosos del mundo. Poseer una propiedad así aquí sería la pièce de résistance de cualquier cartera inmobiliaria.
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