Méjico está listo para aflojar las seculares restricciones sobre las propiedades inmobiliarias de los extranjeros a lo largo de la costa: un cambio que según los inversores de la construcción podría ayudar al mercado nacional de las casas de vacaciones.
Actualmente Méjico prohíbe a los extranjeros poseer terrenos dentro de los 50 kilómetros desde la costa o 100 km desde la frontera internacional. Los límites fueron establecidos en 1917 a causa de la preocupación por el interés expansionista de los Estados Unidos.
En 1970 se fizo una excepción que permitía a los extranjeros comprar inmuebles através de un particular partnership con un banco: es sin embargo un proceso para el que necesita mucho tiempo y que echa hacia atrás a muchos posibles compradores.
Pero ahora los agentes inmobiliarios y los constructores mejicanos están apoyando una enmienda constitucional que debería eliminar tales prohibiciones, aunque sería solo para inmuebles residenciales. La enmienda ha sido recientemente aprobada por la Cámara y ahora se encuentra en el Senado.
Para los inversores que están construyendo a lo largo de la costa, está mucho en juego. Actualmente, se han casi terminado dos grandes resorts en la playa: los dos edificios se encuentran en Puerto Cancún en el Mar del Caribe, y albergarán 225 apartamentos de lujo con un precio de venta desde los 180.000 dólares hasta 1 millón de dólares. En Nuevo Vallarta en el Pacífico, se alzará un resort de 240 apartamentos entre los 225.000 y los 3 millones de dólares.
Actualmente, los extranjeros pueden comprar inmuebles residenciales en Méjico, pero no a lo largo de la costa o en la frontera. Para poder comprar en las zonas sujetas a restricciones, donde se encuentran las localidades balnearias más famosas, los extranjeros deben pedir permisos especiales, que duran 50 años y son renobables.
Algunos hacen ver como, en estas zonas, la economía esté floreciendo justo gracias a los extranjeros, mientras que otros sujetan que estas restricciones han sido importantes para el desarrollo de las áreas mejicanas de los Beach-resort.
El peso, la moneda mejicana, es débil respecto al dólar americano y a otras divisas, lo que hace del país atractivo para los extranjeros, buscando una segunda casa donde pasar las vacaciones o retirarse en la jubilación.
La imagen de un Méjico mejor y la recuperación económica de los Estados Unidos deberían llevar a muchos compradores extranjeros al mercado inmobiliario mejicano, sobretodo gracias los precios muy competitivos.