Para animar la economía, el gobierno de Portugal ha adoptado, desde principios del 2013, un paquete de reformas con incentivos fiscales para los pensionistas extranjeros que decidan vivir en el país durante más de 183 días al año, y ha creado el “Golden Visa”, un nuevo tipo de visado para los ciudadanos extracomunitarios.
El Golden Visa permite a los ciudadanos que residen fuera de Europa y que invierten más de 500 mil euros en inmuebles en Portugal obtener la residencia europea y, por tanto, poder circular libremente por toda la zona Schengen. Una ventaja muy interesante para los chinos, rusos y brasileños que tienen así la posibilidad de obtener la permanencia en los territorios de la Unión Europea mucho más fácilmente.
Para los pensionistas, en cambio, el gobierno ha previsto la exención del IRS (Impuesto sobre la Renta), mientras cuenten con una de estas dos condiciones : el ciudadano debe pagar sus impuestos en otro estado con el que Portugal haya firmado una convención para evitar la doble imposición fiscal; los ingresos que dan lugar a la pensión no pueden haberse generado en Portugal.
El objetivo principal son los pensionistas franceses, acostumbrados a adquirir propiedades en el extranjero y vivir gran parte del año en países como Marruecos y Túnez. La inestabilidad política en estos países ha abierto una brecha para Portugal, que ha aprovechado la ocasión y se ha presentado al Salón Inmobiliario de París en un intento de atraer a los ancianos franceses.
Además de los incentivos fiscales y del visado, Portugal apuesta por sus bellezas paisajísticas, su buen clima durante todo el año, su bajo coste de vida, su seguridad y su salud de calidad para atraer a una nueva ola de extranjeros que puedan animar la economía del país. La creación de nuevas rutas aéreas, la cocina local y la hospitalidad del pueblo lusitano completan el elenco de atractivos de esta nación.
