Si es cierto que el mercado inmobiliario está atravesando una crisis mundial, no puede decirse lo mismo del sector de lujo. Hace unos días, de hecho, se vendió la casa más cara de Estados Unidos: 20 hectáreas de propiedad con un edificio anexo en Greenwich (Connecticut) , han sido compradas por un misterioso y poderoso inversor por unos 120 millones de dólares, que equivalen a poco menos de 87 millones de euros.
Se trata de una de las casas históricas de la ciudad: su construcción data del año 1898 y fue encargada por una importante familia americana, los Lauder Greenway, fundadores del imperio U.S. Steel. Toda la propiedad comprende más de un kilómetro y medio de litoral de Long Island Sound y dos islas, de dimensiones reducidas, situadas a pocos kilómetros de la costa.
Una vez cruzada la puerta principal, es necesario recorrer más de 500 metros a lo largo de una avenida arbolada antes de llegar al edificio, que refleja un estilo renacentista francés. El inmueble principal mide más de 1200 metros cuadrados y está situado en una posición privilegiada, con unas espléndidas vistas al mar.
Los dormitorios a disposición de los propietarios son 12 y los baños 9, además encontramos una enorme y completa biblioteca, rica en volúmenes históricos de gran importancia, un comedor para las recepciones formales, dotado de una preciosa chimenea, y diversos ambientes aptos para la relajación y el disfrute de propietarios y huéspedes.
La lujosa residencia en Connecticut cuenta también con un amplio almacén, donde es posible encontrar prestigiosos vino, una zona solárium, spa, gimnasio, espacio para aparcar hasta 6 vehículos y una piscina climatizada de grandes dimensiones. Además, entre las dependencias del edificio también hay viviendas para el personal de servicio.
Copper Beech Farm debe su nombre a las características hojas de haya, de color cobre, que adornan el cuidado jardín en torno a la villa. En el exterior, en fin, encontramos un campo de tenis y dos invernaderos.
El precio que ha sido pagado para su adquisición hace de Copper Beech Farm la propiedad más cara jamás vendida en Estados Unidos. El récord precedente pertenecía a una villa en Woodside, California, vendida el año pasado por 117 millones de dólares.