Los años a caballo entre la década de los 20 y la de los 30 fueron prolíficos para la arquitectura en Alemania: se desarrollaron nuevas tendencias y escuelas de pensamiento, las cuales tuvieron, sin embargo, que hacer frente al desarrollo de la dictadura nazi.
La escuela de la Bauhaus era una institución muy importante en la Alemania de aquellos años: su primera sede estaba en Weimar pero, en 1925, con el avance de las tropas nazis, se trasladó a Dessau, donde estuvo activa hasta 1932 y donde, para dar alojamiento a los maestros que tuvieron que trasladarse, fueron construidos algunos edificios de puro estilo vanguardista. Las viviendas se hicieron famosas en la zona y en toda Alemania y en poco tiempo fueron comúnmente conocidas como las “Casas de los Maestros.” Aquí, por un tiempo, vivieron también grandes figuras de la arquitectura como László Moholy-Nagy y Wassily Kandinsky, profesores de la escuela.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial fue nefasto: durante un ataque aéreo, las “Casas de los Maestros” se vieron terriblemente afectadas. Hacía ya tiempo que los maestros habían abandonado estos edificios ya que, en 1932, la escuela de la Bauhaus se trasladó a Berlín y las casas fueron habitadas por un grupo de ocupantes ilegales. Tras el bombardeo que destruyó la mayor parte de las casas, lo poco que quedaba en pie fue utilizado como hospital de emergencia o como fábrica.
En los años 90 se decidió meter mano a estos edificios, símbolo del movimiento arquitectónico de los años 20 en Alemania, para traerles de vuelta su antiguo esplendor: el proyecto de restauración, que comenzó en 1992, acaba de concluir con la reconstrucción de dos edificios que se derrumbaron durante la guerra y con algunos trabajos de reestructuración en una estructura construida en 1932 y diseñada por Ludwig Mies van der Rohe.
Los trabajos de restauración de estas casas de lujo en Alemania han sido controlados por Bruno Fioretti Márquez, arquitecto alemán que, además de mantener las proporciones originales de la propiedad, ha optado por una reconstrucción todavía más sobria del exterior respecto al proyecto inicial. Las modernas técnicas de construcción utilizadas han dado lugar a edificios con un diseño moderno y vanguardista, extremadamente minimalista en su fachada. Los interiores, sin embargo, acogen las instalaciones de Olaf Nicolai, quien se inspiró en los estudios sobre el color de Moholy-Nagy.