El mercado inmobiliario en la República Dominicana es, en prospectiva, uno de los mercados con mayor margen de crecimiento, con un potencial todavía inexplorado.
De ello parecen haberse dado cuenta muchos inversores extranjeros que, sobre todo en los últimos tiempos, han visto en este paraíso inmerso en el Caribe el lugar ideal donde llevar a cabo las propias compraventas inmobiliarias.
Es importante subrayar que, en los últimos años, el gobierno ha adoptado diversas políticas para intentar revalorizar y hacer más atractivo el país, poniéndose un objetivo muy ambicioso: duplicar, en el marco de cinco años, el número de turistas que deciden pasar sus vacaciones en la República Dominicana, cuyo número actual es de cerca de 5 millones.
Apostar por el turismo puede considerarse, además, una inversión segura para el país: este sector, aunque ya es el segundo elemento más importante del PIB nacional con una entrada de más de 4 billones de dólares en el 2012, tiene aún amplios márgenes de crecimiento si, como parece intencionado a hacer, el gobierno acata decisivamente la revalorización de sus propias ofertas.
A los ojos de quien está interesado en adquirir un inmueble, la lógica a favor de una posible inversión en el país no reside, por tanto, solo en la posibilidad de adquirir una propiedad en uno de los lugares más bellos y sugestivos del mundo, sino también en la posibilidad de aprovecharse de una apreciación gradual del propio inmueble a medida que el proceso de apertura y de revalorización del turismo internacional continúe.
Algunos datos corroboran que la República Dominicana es un lugar ideal donde adquirir una propiedad. Como ejemplo, basta decir que el coste medio del metro cuadrado en Santo Domingo, la capital, es de 1.200 dólares (unos 870 euros), lo mismo que en Puerto Plata, la segunda ciudad del país así como una zona turística de renombre en la costa, caracterizada por sus más de cien kilómetros de playa.