Decorada con un estilo español, la casa que Jodie Foster ha decidido poner a la venta tiene un precio de casi seis millones de dólares. Está situada en las colinas de Hollywood y tiene una superficie interior que supera los quinientos metros cuadrados: así, es capaz de albergar, además de varios salones y de una cocina muy espaciosa, cuatro dormitorios y seis baños, dos de ellos de servicio, un pequeño cine, una oficina e incluso un apartamento reservado por completo a los huéspedes.
El salón principal no es un espacio cualquiera: su atmósfera es agradablemente relajante debido, por una parte, a los colores cálidos que caracterizan el mobiliario y, por otra, al sol californiano que inunda el ambiente. No tienen precio, por otro lado, las vistas al exuberante jardín que rodea la propiedad. El protagonista absoluto de este espacio es, sin embargo, el maravilloso parqué, que combina perfectamente con las vigas a la vista del techo y con la chimenea de mármol. La zona living es minimalista pero muy elegante, con sillones de piel, sillas de terciopelo y la clásica mesita de té. El mismo estilo minimalista con colores tenues y muebles sobrios lo encontramos en el comedor: lo más destacado de este espacio es, sin embargo, su gran terraza con suelo de terracota y dotada, a su vez, de una mesa redonda.
También es de destacar el logrado diseño de la cocina, exquisitamente tradicional: en su interior no hay nada futurista o excesivo, a pesar de tratarse de una casa de lujo en Los Ángeles, que además pertenece a una celebridad. El blanco de los muebles, junto al mármol de la encimera y a la madera de la mesa central confirman el buen gusto de la actriz, siempre perfecta sobre la alfombra roja incluso dentro de su simplicidad. La única nota de color, en la cocina, la dan los taburetes amarillos, que dan vivacidad al ambiente haciéndolo aún más familiar.
Se asoma a la piscina, por su parte, el segundo salón, éste decorado de forma más bien espartana: el hecho de que haya tan solo un sillón, un sofá y un puf – cromáticamente contrastados entre ellos – hace pensar que para la actriz de El silencio de los corderos o La habitación del pánico se trata de una simple espacio de paso. Nada impide, sin embargo, explotarlo y mejorarlo, considerando que desde aquí se accede al exterior por medio de una práctica puerta acristalada.